Cada vez la línea divisoria entre los ordenadores portátiles y las tabletas se hace más difusa: con la llegada de las tabletas y portátiles híbridos las especificaciones aumentan y los precios disminuyen.
Por eso no es extraño que muchos se pregunten si es mejor una tablet o portatil para estudiantes.
En este post, intentaremos dar respuesta a esta interrogante y además te mostraremos una guía sobre las especificaciones que debe tener cada dispositivo, si se planea su uso para el estudio y los proyectos académicos.
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Un estudiante de primaria, secundaria o preparatoria siempre se puede beneficiar de la gran versatilidad que ofrecen tanto las tablets como los portátiles. Sin embargo por una cuestión de portabilidad y precio, muchos padres prefieren optar por una tableta.
En la mayoría de casos, no es complicado encontrar la mejor tablet para sustituir portátil, pues abundan las opciones de tablets con teclado, y la inclusión de los lápices táctiles facilitan el tomar notas como si fuera un cuaderno. La tablet en estos contextos puede sustituir una buena cantidad de cuadernos y libros, agradeciéndose su peso ligero al tener en cuenta que los niños llevarán este dispositivo consigo todos los días.
En ciertos casos muy específicos: Un portátil puede ser recomendable, sobre todo si el estudiante tiene intereses que requieren un equipo potente para poner el funcionamiento aplicaciones, por ejemplo si estudia programación básica, edición de vídeos o fotográfica.
Elegir para la universidad portátil o tablet dependerá grandemente de la carrera que se estudie, pues una tablet de gama alta como la iPad Pro puede ser una perfecta sustituta de un portátil en el caso de carreras como el diseño gráfico, la arquitectura o la ingeniería.
Mientras que para un estudiante de programación es imprescindible un dispositivo de gran potencia con un procesador potente como los que ofrece Intel o AMD, un promedio de 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica independiente: características que hasta ahora solo reúnen los ordenadores.
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Hemos dedicado artículos anteriores a ofrecer opciones de tablets para estudiantes de todos los niveles educacionales, por lo que solo nos centraremos resumiendo las características que una buena tablet para estudio debería tener:
La pantalla táctil es el único componente de una tableta con el que tenemos contacto. Y si bien las tablets de 10 pulgadas y 10,1 pulgadas son medidas prácticamente estándar, si quieres ahorrarte un poco más puedes decidir por una tableta de 8 pulgadas que también es una buena opción.
Por supuesto, una buena tablet para estudiante debe incluir protección extra, como funda y mica para la pantalla, que evite roturas ante caídas y mejore su agarre.
En una tablet la potencia viene dada en gran parte por el microprocesador, que mientras más núcleos tenga, mejor distribuirá las distintas tareas que se requieren al ejecutar cualquier aplicación. En este sentido, vale la pena conocer las marcas más conocidas de procesadores:
La capacidad de la memoria RAM en una tableta no influye tanto en el rendimiento como en la capacidad para ejecutar múltiples procesos y aplicaciones simultáneamente.
Por supuesto, tampoco decimos que 1 o 2 GB de RAM sean una cifra aceptable, y ciertamente resulta muy poco para las apps que se manejan hoy en día.
En estos momentos 16 GB de almacenamiento ya son poco para el peso y variedad de aplicaciones que podemos encontrar. Por eso, recomendamos una tablet con almacenamiento de 32 GB como mínimo, siendo la opción ideal la de 64 GB.
Las tablets suelen brindar una autonomía media de 8 horas de uso continuo, que se alarga si este es menor o si no se reproducen videos durante ese tiempo.
Si nos decidimos por un ordenador portátil para el colegio, es bueno que tengas en cuenta que una Microsoft Surface Pro no es necesariamente mejor que una HP Pavilion, aunque la diferencia de precio sea de casi 500 euros.
Por eso es más importante que te fijes en las especificaciones en lugar de la etiqueta de precios:
Entre las mejores garantías que tenemos en materia de microprocesador o CPU es la marca. Por eso te recomendamos elegir un portátil con procesador Intel Core i3, i5, i7 o i9.
Aunque el i9 es el más potente y veloz, un i3 es igual de eficiente si no necesitas un portátil para renderizar o jugar juegos de última generación.
Otro gran competidor de la marca Intel es AMD, en específico el AMD Ryzen 3 es suficiente para un uso de exigencia mediana, mientras que el Ryzen 7 brinda una capacidad de trabajo comparable con el i9 de Intel.
Ten en cuenta que un portátil no es lo mismo que una tableta en materia de rendimiento, y que en los portátiles, el rendimiento depende tanto del procesador como del tipo de disco duro y la cantidad de memoria RAM.
Incluso las potentes y caras Microsoft Surface cuentan con procesadores de dos núcleos y cuatro hilos, por lo que priorizaremos una cantidad mínima de 8 GB de RAM para lograr ejecutar aplicaciones pesadas, y un disco duro de estado sólido (SSD) en lugar de un HDD.
Una de las grandes ventajas de los ordenadores portátiles es que pueden contar con una tarjeta gráfica independiente del procesador. Lo que le permite a este último relegar las tareas que exigen un mayor rendimiento a nivel gráfico como los videojuegos, programas de renderizado y de diseño digital a dicha tarjeta.
Marcas muy recomendables de tarjetas gráficas son: Nvidia (serie GeForce), ASUS (serie ROG y Cerberus) e Intel (serie Iris y UHD).
El almacenamiento en disco duro es muy importante no solo por la posibilidad de almacenar información sin necesidad de contar con discos duros externos o tarjetas SD, sino porque el espacio es fundamental para el buen funcionamiento del sistema operativo y las distintas aplicaciones.
De hecho, es preferible optar por un portátil que tenga un disco SSD (Solid State Drive o disco de estado sólido) para conseguir fluidez en la ejecución de programas y la reproducción de contenido.
El problema con esto es que por el momento, este tipo de discos son más caros, y por tanto una opción de tan solo 125 GB puede encarecer notablemente la compra y requerir una inversión extra en almacenamiento externo.
En los ordenadores tanto de escritorio como portátiles los sistemas operativos salen en versiones de 64 y 32 bits. De los dos, es el de 64 bits el más avanzado, puesto que el de 32 bits solamente detecta hasta 3 GB de RAM no importando si tu ordenador tiene 20 GB de RAM.
Sin embargo, elegir un tipo de sistema u otro dependerá del microprocesador, pues uno menos potente requerirá que instales una versión del sistema operativo que sea, de 32 bits. Mientras que un microprocesador de dos núcleos y cuatro hilos te permitirá contar con la versión de 64 bits que sin dudas ofrecerá características más avanzadas.
Por lo general Windows 10 es bueno para la mayor parte de proyectos y programas, son los programadores quienes suelen preferir sistemas como Linux para trabajar con Open Source y softwares libres.
Por contraparte, el sistema Chrome OS basa su uso en la conexión permanente a Internet, pues la mayoría de sus apps y funcionalidades se encuentran en la nube. Aunque son más baratas que los portátiles con Windows, son menos potentes y tienen menor compatibilidad con aplicaciones.
En materia de peso y tamaño, un ordenador portátil de 11, 12 y 13 pulgadas es pequeño y generalmente ligero, pero por lo general menor potente. El cansancio visual puede ser un gran problema si hay que estar largas horas fijando la vista en la pantalla.
Mientras que una pantalla de 14 y 15 pulgadas ya es un tamaño medio-grande en que hay que considerar la portabilidad en el día a día.
La cantidad de puertos en un portátil es también importante: si preferimos conectarle un mouse en lugar de usar el trackpad, necesitamos otros puertos libres para conectar memorias flash u otros dispositivos como el smartphone o discos duros.
Algunos portátiles incluyen uno o más puertos USB 3.0 en adición al USB 2.0, que brindan la mayor velocidad de escritura y lectura.
En los portátiles la duración de la batería interna ronda las 3-5 horas si usamos programas exigentes, o quizás un poquito más. Por eso la batería externa debe ser ligera y fácil de transportar, así como poder conectarse a cualquier enchufe o poseer adaptadores acorde.
Podemos concluir que:
Aunque una tablet es mejor opción en cuanto al precio, tamaño, peso y autonomía a los portátiles, estos últimos suelen tener una mayor vida útil, mejores características técnicas y un sistema operativo más completo.
Por ende, la decisión entre qué es mejor para estudiantes: tablet o portatil dependerá de las necesidades e inquietudes específicas de ese estudiante.
Pero, si nos preguntas si es útil una tablet para la universidad, sin dudas te diremos que SÍ. Como mismo tenemos que darte la misma respuesta si nos preguntas respecto a un portátil para estudiantes de primaria, secundaria o preparatoria.
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