El lápiz digital ha evolucionado a lo largo de los años de su existencia, comenzando sólo con una punta de plástico en un extremo, hasta convertirse prácticamente en un bolígrafo tradicional.
La tecnología que hay detrás de estos lápices es casi idéntica a la de las pantallas táctiles normales, en las que las cargas eléctricas recorren la superficie y luego calculan el aspecto que debe tener mediante un software. Precisamente hoy estaremos hablando sobre cómo funciona un lápiz óptico digital.
Te comentaremos no solo sobre sus componentes y funcionamiento, sino también sobre los tipos de lápices digitales que existen y sus particularidades.
Los lápices ópticos digitales, también conocidos como stylus son un accesorio que se utiliza para escribir en una tablet, smartphone u ordenador con pantalla táctil, de modo que se pueda ver reflejado en esa pantalla lo mismo el trazo que el gesto, pues también actúan como punteros en lugar de nuestros dedos.
Pero, antes de hablar sobre el funcionamiento de los lápices ópticos, conviene diferenciarlos de otro tipo de lápiz digital. Pues aunque se mencionen como sinónimos, no es lo mismo un lápiz óptico que un lápiz capacitivo. Sus diferencias radican en que un lápiz capacitivo se considera un stylus activo, mientras que el lápiz óptico puede describirse como pasivo:
Los bolígrafos activos u ópticos se alimentan con pilas y envían señales eléctricas a través de sus agujas, para facilitar el control de su ubicación en la tableta o qué se está escribiendo sobre ella.
Los bolígrafos pasivos, por otra parte, no necesitan ningún tipo de alimentación. Sus "agujas" no son de metal como las de un lápiz activo, sino que utilizan los campos electrostáticos que rodean tu pantalla e incluso dependen del contacto directo con este mismo medio, para funcionar correctamente.
Hasta ahora, la mayoría de los bolígrafos digitales que emulan la tinta han utilizado este enfoque pasivo, ya que no requieren ninguna batería y además tienen un mayor grado de precisión cuando se trata de registrar la posición del lápiz sobre el soporte digital.
Entonces, ¿Cómo sabe el bolígrafo digital hacia dónde apunta? Muy sencillo: los electrodos de cada esquina envían señales a un circuito integrado que calcula las coordenadas x/y en función de la proximidad a tierra de cada esquina. La pantalla muestra entonces lo que se ha escrito al instante.
Los lápices activos son necesarios en muchos casos, ya que pueden hacer más que emular la tinta en una pantalla. Originalmente se diseñaron para que los usuarios pudieran tomar notas a mano en lugar de teclearlas en sus tabletas, mediante un software especial que posteriormente desarrollaron empresas como Wacom.
Una empresa que ha creado uno de estos tipos de bolígrafos es Samsung con su S-pen , que funciona con muchos modelos de la marca, incluida la serie Galaxy Note y casi todos los modelos de Galaxy Tab.
La verdadera ventaja de los bolígrafos activos radican en que pueden ofrecerte funciones adicionales que no puedes conseguir con un simple lápiz óptico, como la posibilidad de crear trazos sensibles a la presión, por ejemplo, o incluso crear accesos directos a aplicaciones y funcionalidades del dispositivo táctil.
El S-Pen, para continuar con el ejemplo, tiene 4.096 niveles diferentes de sensibilidad a la presión y es capaz de detectar ángulos de inclinación tanto verticales como horizontales, lo que le permite emular cualquier tipo de trazo deseado sin tener que cambiar el ángulo en el que se está utilizando. También permite utilizar sus botones para tomar fotos, capturas de pantalla, navegar, etc.
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Los lápices digitales consisten en un stylus con una pila incorporada y una placa de circuito extra unida al extremo que tiene algún tipo de contactos especiales. Esta parte suele ser extraíble, lo que te permite poner diferentes puntas si es necesario.
La punta en sí consta de dos partes: una pieza que envía la señal de tu mano mientras escribes, y otra que toca la pantalla. Cada punto de contacto contiene una bobina de alambre incrustada en un cuerpo de lápiz óptico hecho de plástico, goma o metal, según su diseño.
Los lápices táctiles sin batería o pasivos funcionan cambiando sus propiedades eléctricas, para enviar diferentes señales al entrar en contacto con diferentes superficies. Esto se consigue con una placa de circuito en el extremo del lápiz óptico que envía una corriente alterna.
Esta corriente crea un campo magnético, que varía en función de la proximidad a otro objeto (en este caso, la pantalla de tu tablet o smartphone). Como puedes ver, cada punto de contacto tendrá una señal única que indica dónde está y qué trazo estás haciendo.
No pocos usuarios de los stylus se preguntan ¿Cuándo cambiar la punta de un lápiz digital? Y lo cierto es que la punta de estos puede durar mucho tiempo, dependiendo de lo bien que lo cuides. Si el bolígrafo no se cae ni se presiona en exceso, puedes esperar una vida media de hasta dos años de la punta.
Ahora que ya conoces cómo funciona un lápiz óptico digital, te invitamos a continuar conociendo más sobre las características de los modelos disponibles en el mercado y su potencialidad para distintos fines.
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